Lo que siempre pensé y nunca dije: Cuaderno de bitácora de los pensamientos que una madre tiene de vez en cuando.
lunes, 29 de agosto de 2011
Y entonces llegó ella
Os pongo en antecedentes: tengo 24 años, ha sido mi primer embarazo, sin complicaciones físicas pero con una gran carga emocional dado que el momento en el que me quedé embarazada mi situación familiar cambió radicalmente, mi pareja se quedó en el paro y tuvo muchos problemas laborales a la vez que familiares. Ademas teniamos la incertidumbre de saber si era un niño o una niña porque no habiamos querido saber el sexo del bebe. Mi fecha probable de parto era el 22 de junio.
Era la 1 de la madrugada del martes 14 de junio. Era mi segunda noche que podía dormir libremente. El viernes pasado había sido mi ultimo día de trabajo, aunque este apartado es una historia aparte.
Mi novio se levantaba a las 4 y media de la mañana, yo llevaba 4 horas sin dormir levantandome cada hora al baño y con dolores lumbares y con la tripa durisima.
Eran las 5 de la mañana y por fin consegui dormir casi hasta las 8 y media. Ese día tenía que presentar en la mutua los papeles para la tramitación de la suspensión por riesgo. Quedé con mi madre para que me acompañara a entregar los papeles ya que no me sentía muy bien.
Durante ese rato hasta la 1 del mediodia no volví a tener más contracciones.
Llegue a casa y comimos. Serían las 4 de la tarde cuando me tumbé en el sofa para intentar dormir un rato pero a la media hora empecé a notar contracciones y ese dolor lumbar en la parte derecha, le pedí a Jorge que me masajeara la zona lumbar para aliviarme. Estuvimos así hasta las 6 y media de la tarde, cada vez que me venía una contracción, él me aliviaba.
Para seguir activa hicimos limpieza de papeles para tener organizada la documentación que necesitariamos para inscribir al bebe. Y recordé que quedaba colada por planchar, así que me puse a ello.
Serían las 8 de la tarde cuando nos hizo una visita un amigo y yo ya estaba con dolores regulares pero todavía no eran contracciones cada 5 minutos y pensaba que serían contracciones de preparacion al parto. Cuando nos dispusimos a hacer la cena serían las 9 y media y ya las contracciones llegaban a los 5-6 minutos y mi chico me insistió en ir al hospital. Yo le decía que se me pasaba, que para que ibamos a ir si nos dirían que nos fueramos a casa.
Finalmente le hice caso y nos vestimos sin coger nada mas que el bolso y la documentacion del embarazo y cogimos un taxi.
Llegamos al hospital Miguel Servet de Zaragoza a las 22.15 de la noche. Estuvimos unos 15- 20 minutos en la sala de espera y las contracciones cada vez eran mas seguidas. Nos hicieron pasar, les expliqué lo que me sucedía y me hicieron una exploración y me dijeron que estaba de unos 4-5 cm.
Mi novio se quedó en la sala de espera y yo pasé a la sala de dilatación. Me dejaron el camisón azul y metí mi ropa en la bolsa, y por inercia me santigüé, algo que no habia hecho nunca.
Me tumbé en la camilla, me pusieron una vía, no me dijeron que me inyectaban, me rompieron la bolsa y me tomaron la tensión, tenía 14/8.
Me dieron la hoja de consentimiento de la epidural, me dijeron que si quería pensarmelo mientras que me lo leyera. Desde un principio era partidaria de no ponerme la epidural pero en ese momento pensé que no iba a poder soportar aquel dolor, así que pasaron 5 minutos y me dije a mi misma firma donde haga falta.
He de decir que no había hecho clases de preparacion al parto. Vino una mujer que se presentó como Marta, estuvo conmigo desde entonces. Firmé el papel de la epidural, al rato vino la anestesista y como pude aguanté la posición para que me pusiera la epidural.
Notaba como un liquido refrigerante en mi columna, nada de sensación de adormecimiento en las piernas. Me dijeron que en 15- 20 minutos me haría efecto y harían pasar a mi acompañante.
En ese rato las contracciones se hacían más fuertes y el dolor se derivó a la parte izquierda.
Seguía sin sentir mejoría y ya estaba de 7-8 cm, el cuello casi borrado. Sentía ganas de llorar porque Jorge no estaba alli, masajeandome como hasta ese momento habia hecho. Pero aguanté las contracciones a base de respirar profundamente.
Volvió a entrar Marta y le dije que seguía igual, que tenía mucha presión y que tenía ganas de empujar, me exploró y nos fuimos al paritorio. En ese momento pedí si podía entrar mi pareja.
Me dijeron que intentara aguantarme empujar hasta que llegaramos al paritorio, no sé como pude contenerme pero lo hicé. Creo que las ganas de que saliera todo bien y de ayudar a mi hija a nacer, hicieron que pudiera controlar la situación.
Cuando ya llegamos al paritorio me ayudaron a subir al potro y creo que no pasaron más de 10-15 minutos empujando. Creo que Jorge entró a 1 minuto de nacer Elisa, vi que entraba justo en el ultimo empujón. Volvería a repetir esa sensación las veces que hiciera falta. Sentir como salía de mi cuerpo ha sido la experiencia más bonita que he tenido. Creo que nunca empuje con tanta fuerza como en ese momento. Desde mi experiencia no entiendo como hay mujeres que se pierden sentir algo así, reconozco que es doloroso pero yo no había sentido nada igual antes y a pesar del dolor sentir el cuerpo de tu bebe atravesar el tuyo es impresionante.
Le dieron a Jorge al bebé en sus brazos despues de limpiarle las vias respiratorias, a penas lloró, estaba tan despierta. Y a los minutos me la pusieron encima y me agarró inmediatamente el dedo.
En ese momento hoy que decían que había sido una niña.
Marta me extrajó la placenta y me quedé vacía, con el vientre más plano que antes del embarazo. Me cosió la eipisiotomía. Mientras hablaba con Jorge, si hubieramos ido más tarde habría nacido en el taxi. Nos dijo Marta que lo habiamos hecho muy bien, nos felicitó. Realmente habiamos llegado con el trabajo hecho de casa y Jorge había sido de mucha ayuda mantiendome relajada mientras estaba en casa. En casa pude estar activa, ducharme, cambiar de posición y moverme como quería, cosa que en el hospital no habría podido hacer.
Pasamos a la sala de despertar y allí me curaron y me pusieron a la niña a tomar el pecho, pero Elisa estaba a lo suyo y quería mirarme y reconocer mi rostro.
Algunas críticas que puedo hacer, ahora que ha pasado el momento:
Pensé en hacer un plan de parto, imaginando que algunas cosas que yo quería no se respetarían pero finalmente no lo hice.
- La administración de medicamentos para acelerar el parto y la rotura de la bolsa sin ni siquiera preguntar.
- Que no dejaran pasar a mi pareja desde el primer momento. Entiendo que es menos molesto para el personal que esté la paciente sola. Tambien he de decir que quienes me asistieron al parto y sobre todo Marta, mi matrona, fueron muy agradables conmigo, me ayudaron en todo momento y no hubo un mal gesto ni una palabra brusca.
Creo que deben tratar el parto como un proceso biológico normal, no somos enfermas y cada parto tiene su tiempo y su momento. Las mujeres estamos programadas para dar a luz a nuestros bebes y poder soportar el dolor. Creo que en mi caso, hizo mucho más como anestesico las manos de mi pareja masajeandome y las palabras suaves de mi matrona cuando me ponían la epidural ayudandome a mantener la postura, y las respiraciones y mi propia concentración y mi pensamiento de que todo iba a salir bien.
He de decir tambien que el personal cuando ya estabamos en planta y durante los 2 días y medio que pasamos fue excepcional. El trato personal se puede calificar de 10, estuvimos super bien atendidas y cuidadas, con mucha amabilidad y cariño.
Esta es mi experiencia, la verdad es que mucho más positiva que todas las historias que me habían contado hasta ahora.
viernes, 19 de agosto de 2011
Qué hacer cuando el mundo se pone en tu contra
A veces que pienso que vivo en un mundo paralelo, y no estoy hablando como Neo en Matrix.
La gente que me conoce pensará que no es cierto, que generalmente en mi vida he seguido el orden establecido para cada acontecimiento, aunque en muchas ocasiones me haya sentido fuera de lugar.
Nunca me ha gustado seguir el patrón que marca nuestra sociedad en algunos aspectos y creo que deberíamos empezar a ser más tolerantes en general porque cada uno somos totalmente diferentes que no opuestos y por lo tanto deberíamos ser más respetuosos con las opciones de vida de otras personas.
En esta época de cambios la mayoría de los jóvenes aspiramos a tener una vivienda nuestra nos conformamos, por lo menos en mi caso, a alquilar un piso en el cual comenzar un proyecto de futuro.
Mientras todo el mundo me decía que no lo hiciera, que porque no esperaba un poco más para hipotecarme en un piso que no terminaría de pagar yo si no mis nietos...., que esa decisión era como si quemara el dinero, un sin fin de opiniones que me reafirmaron en mi decisióno.
Exacto!!! Mi decisión. Algo que puede ser tan obvio pero a la vez es lo más importante, que era MI decisión y que si me equivocaba era MI problema.
Nada parecido me sucedió cuando elegí mis estudios, nadie me discutió si tenían o no salidas profesionales, si me servirían en el futuro, nada me predijo la CRISIS que iba a vivir este país, no?
Pero lo que menos esperaba es que alguien pusiera en duda o tuviera el derecho a opinar sobre si debía o no tener hijos antes de los 30 y MÁS sin estar casada.
La pena es cuando esto viene de tu entorno más cercano. Cuando te cuestionan si vas a poder mantener a un hijo, si vas a poder darle una cuna o no (sí lo que acabas de leer), y muchas cosas más que cada día que las recuerdo me duelen todavía.
Ahora que Elisa está aquí a mi lado, lo que se pone en duda son las recomendaciones que me dieron en el propio hospital sobre como bañarla, sobre como es su habitación, etc.
La verdad es que es triste tener que estar justificandose continuamente. Hace mucho tiempo que opté por evitar dar mi opinión delante de las personas con las que no tengo total y plena confianza.
Qué hacer cuando el mundo se pone en tu contra...Nada, porque llegue a la conclusión de las personas que forman parte de mi mundo, Mis amigos, Mi familia, son ellos los únicos con los que me permito discutir.
La gente que me conoce pensará que no es cierto, que generalmente en mi vida he seguido el orden establecido para cada acontecimiento, aunque en muchas ocasiones me haya sentido fuera de lugar.
Nunca me ha gustado seguir el patrón que marca nuestra sociedad en algunos aspectos y creo que deberíamos empezar a ser más tolerantes en general porque cada uno somos totalmente diferentes que no opuestos y por lo tanto deberíamos ser más respetuosos con las opciones de vida de otras personas.
En esta época de cambios la mayoría de los jóvenes aspiramos a tener una vivienda nuestra nos conformamos, por lo menos en mi caso, a alquilar un piso en el cual comenzar un proyecto de futuro.
Mientras todo el mundo me decía que no lo hiciera, que porque no esperaba un poco más para hipotecarme en un piso que no terminaría de pagar yo si no mis nietos...., que esa decisión era como si quemara el dinero, un sin fin de opiniones que me reafirmaron en mi decisióno.
Exacto!!! Mi decisión. Algo que puede ser tan obvio pero a la vez es lo más importante, que era MI decisión y que si me equivocaba era MI problema.
Nada parecido me sucedió cuando elegí mis estudios, nadie me discutió si tenían o no salidas profesionales, si me servirían en el futuro, nada me predijo la CRISIS que iba a vivir este país, no?
Pero lo que menos esperaba es que alguien pusiera en duda o tuviera el derecho a opinar sobre si debía o no tener hijos antes de los 30 y MÁS sin estar casada.
La pena es cuando esto viene de tu entorno más cercano. Cuando te cuestionan si vas a poder mantener a un hijo, si vas a poder darle una cuna o no (sí lo que acabas de leer), y muchas cosas más que cada día que las recuerdo me duelen todavía.
Ahora que Elisa está aquí a mi lado, lo que se pone en duda son las recomendaciones que me dieron en el propio hospital sobre como bañarla, sobre como es su habitación, etc.
La verdad es que es triste tener que estar justificandose continuamente. Hace mucho tiempo que opté por evitar dar mi opinión delante de las personas con las que no tengo total y plena confianza.
Qué hacer cuando el mundo se pone en tu contra...Nada, porque llegue a la conclusión de las personas que forman parte de mi mundo, Mis amigos, Mi familia, son ellos los únicos con los que me permito discutir.
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