Me quedan pocas semanas para engancharme de nuevo al trabajo. Tan pronto han pasado los meses, tanto que mi niña ya tiene 3 meses.
Cada vez que duerme, yo no hago más que darle trabajo a la mente. Recuerdo esa primera noche, nada más salir del cascarón, tan pequeña, tan frágil. Recuerdo no haber llorado cuando nació, pero sí recuerdo cuando esa noche me quedé sola en la habitación con ella y no podía parar de mirarla. Estaba dormida, era tan preciosa, no deje de mirarla hasta que a las 5 de la mañana me venció el sueño.
Lloré al pensar en todo lo que nos había sucedido durante los ultimos meses y es que el embarazo debería haber sido un momento especial y maravilloso y se convirtió en una etapa llena de conflictos y desencuentros.
No dejo de pensar en las cosas que me perdí, sobre todo, porque mi mente estaba puesta en muchas ocasiones en otro sitio.
La verdad que el último mes antes de incorporarte al curro es durillo porque sabes que lo tienes que dejar esas horas, yo lo pasé un poco mal al dejarlo, pero al trabajar cinco horas es sólo un ratito, te diría que no lo pensaras y que vivieras al día, pero eso era lo que me repetía constantemente yo por que no me lo sacaba de la cabeza, sólo ánimo, con quién la dejarás? Ya la llevarás a la guarde? Un beso y ánimo guapa!
ResponderEliminarSi que cuesta dejarlos y reengancharse al mundo laboral. Pero te acostumbras... Mucho animo.
ResponderEliminarMe gusta tu blog¡
Te sigo.
Hola, acabo de llegar a casa. Primer finde con Elisa fuera de casa.... Un caos!!
ResponderEliminarLa verdad que pienso en exprimir cada minuto que estoy con ella, pero los dias pasan tan rapido.
En principio la guarde la dejaremos para cuando sea un poco más mayorcita, se quedará con mi mami.
Ya os contaré como me va.